La considerada “joya de la Costa Brava” es un pueblo costero de pescadores, cuya historia y ubicación geográfica lo han convertido en un lugar muy especial, destacando por ser un destino turístico muy singular y auténtico. Hacer turismo por Cadaqués es una experiencia diferente. El aislamiento durante años por dos montañas, el Puig de Paní y el Puig de Bufadors, han contribuido a forjar el fuerte carácter de este maravilloso rincón de la Costa Brava.
En tiempos de Grecia y Roma, ya era un paso importante de comerciantes, hoy en día, sobretodo durante el verano la bahía de Cadaqués, el puerto natural más grande de Cataluña, agrupa una gran variedad de barcos de recreo, aunque la playa del pueblo es pequeña y de piedras, la zona esconde otras playa y calas naturales de aguas cristalinas, ideales para el descanso o para la práctica de deportes acuáticos, como el buceo, el windsruf y la navegación a vela. En verano, el trasiego de turistas hacen de esta actividad la principal industria del pueblo.
Cualquier persona que visite Cadaqués, no encontrará el típico destino de «Sol y Playa».
La cultura e historia de Cadaqués está concentrada en el casco histórico, un laberinto de calles empedradas y pintorescas casas blancas ubicadas alrededor de la Iglesia de Santa María y custodiadas por una muralla de origen medieval que servía de refugio para los ataques de piratas, de la que sólo se conserva un antiguo baluarte junto al ayuntamiento. No tienen desperdicio las vistas desde la iglesia, justo en la parte más alta del pueblo.
Uno de los principales atractivos es el interés que Cadaqués despertó en muchos artistas, convirtiéndose en lugar de residencia o inspiración para pintores como Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Pablo Picasso y Rimon Pichot entre otros muchos. De esa época, todavía perdura la actividad cultural con infinidad de artistas de todo el mundo que se instalan en Cadaqués para exponer sus obras en las Galerías de Arte repartidas por el pueblo, lugares de obligada visita para los viajeros durante todo el año. Sin embargo el lugar más visitado es la Casa Museo de Salvador Dalí, que fijó su residencia habitual en la playa de Portlligat, un antiguo refugio de pescadores que rehabilitó para convertirlo en el centro de su inspiración.
Espacios naturales, El Cap de Creus.
El Cap de Creus fue declarado Parque Natural en 1998 y ocupa una amplia zona de mar y monte. Refugio de multitud de flora y fauna autóctona y de un gran valor paisajístico, con espectaculares acantilas y solitarias calas e islotes muy frecuentados por submarinistas. La peculiaridad de las caprichosas formas rocosas del parque, harán las delicias de los amantes de la fotografía. Para visitar el Cap de Creus, lo mejor es acercarse al punto de información turística y Museo Geológico, que se encuentra en el famoso Faro de Creus en la punta del Cabo de Creus.
Gastronomía.
Como buen pueblo de pescadores, los platos más tradicionales vienen de productos del mar, los habitantes de Cadaqués se esmeran en la cocina para poder saborear los mejores mariscos y pescados. En cualquier restaurante podremos encontrar las mejores recetas de la zona. La paella de marisco, los erizos de mar, pescados como la dorada, las sardinas o la escorpena con salsa y abundantes mariscos como los mejillones o langostas y bogavantes.
Uno de los productos estrella es la anchoa preparada de una manera muy especial, se conserva durante diez meses en sal y pimienta.
Todos los platos tienen un fuerte aroma mediterráneo, donde el aceite de oliva tiene una gran presencia y el vino es el principal acompañante.
Cadaqués se presenta como un destino que concentra una gran variedad de actividades en un espacio muy pequeño, donde podremos encontrar descanso y relax. Con unas infraestructuras turísticas de gran calidad tanto en alojamientos vacacionales como en comercios, restaurantes y ocio.