Ruta del Quijote 3, de Villanueva de los Infantes a Almagro.

La tercera parte de esta aventura la podemos dividir en seis etapas, recorreremos cerca de 2450 kilómetros llenos de las historias de una de las rutas turísticas más completas del mundo, aventuras, naturaleza, pueblos con encanto, gastronomía y buena gente. La figura del Hidalgo don Quijote y su compañero Sancho nos acompañarán hasta el final.

En este tramo de la ruta de Don Quijote nos dirigimos al sur de Castilla La Mancha, partimos desde Villanueva de los Infantes, dejamos atrás sus casas y edificios Barrocos llenos de historias de otra época, calles en las que Miguel de Cervantes paseó en numerosas ocasiones. Nuestra aventura se desarrollará atravesando llanuras de olivos y viñas mezcladas con la naturaleza más salvaje.

Parroquia_de_San_Andréswikipedia Rafael Merino

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Ruta del Quijote 2: de San Clemente a Villanueva de los Infantes.

¿Preparados para continuar con las aventuras de Don Quijote?, en este segundo tramo de la Ruta del Quijote nos esperan 280 kilómetros de historia, cultura y naturaleza envueltos en la épica del hidalgo más famoso del mundo.

Es estas segunda aventura nos vamos a encontrar con pequeñas aldeas y encantadores pueblos en los que se mantiene vivo el ambiente que Cervantes nos describió en su obra. Multitud de referencias al escritor y a sus dos personajes principales. Muchos de estos lugares son los escenarios en los que se desarrollan las aventuras de Don Quijote y Sancho. Durante el viaje disfrutaremos de un entorno natural único, visitando el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

La Villa de San Clemente es nuestro punto de partida, dejamos atrás sus edificios históricos para dirigirnos hacia Las Pedroñeras, conocida como la Capital del Ajo debido a la gran calidad de los cultivos de este producto, además cuentan con un paisaje embellecido por los campos de viñedos, sobra decir que debemos hacer una parada y probar su exquisita gastronomía, una buena copa de vino y unas “migas duras” nos darán fuerza para continuar el camino. En el trayecto encontraremos buenas muestras del paso de los romanos por estas tierras.

Con el estómago lleno cogemos rumbo al sur, donde nos espera la cuidad de Villarobledo, aunque es una cuidad moderna, su larga historia guarda un patrimonio arquitectónico muy importante, plazas, iglesias y conventos. Sin embargo la principal riqueza de esta ciudad es el cultivo de la vid, la fertilidad de sus tierras la han convertido en el mayor productor de vino y uva del mundo.

Después de tanto vino, en el camino hacia Ossa de Montiel nos vamos a adentrar en una zona llena de naturaleza que impresiona por su exuberante belleza, lugares que Cervantes eligió para inmortalizar en el Quijote. De visita obligada son las Lagunas de Ruidera, este Parque Natural protegido es un auténtico oasis en medio de las llanuras de Castilla la Mancha. Treinta kilómetros con quince lagunas conectadas entre si por caprichosas formaciones geológicas, donde podemos disfrutar de un paisaje único, donde la naturaleza nos ofrece baños en aguas cristalinas rodeados de una fauna y flora muy diversa, caminos y montes donde practicar el senderismo y lagos para practicar actividades acuáticas. También son de gran interés el castillo de Rochafrida, el Valle de San Pedro y la Cueva de Montesinos.

Llegamos ya al final de esta aventura, en Villanueva de los Infantes encontramos un lugar ideal para el descanso, sus edificios están salpicados por el esplendor del Renacimiento y el Barroco, villa que Cervantes eligió para recrear las intensas discusiones filosóficas de Don Quijote. Los paseos por sus calles empedradas nos descubren multitud de edificios singulares.

Ruta del Quijote 1, desde Toledo hasta San Clemente.

Recorrer ésta mágica ruta, es una estupenda forma de conocer Castilla la Mancha. Hace más de 400 años, se escribió la aventura más internacional de España. Don Quijote y su fiel compañero Sancho, nos pueden enseñar una de las rutas turísticas más completas de Europa. Cargada de aventuras, en las que recorreremos algunos de los más bellos parajes naturales de Castilla la Mancha, sus pueblos, aldeas, iglesias y castillos más emblemáticos. Todos forman parte de la obra literaria más universal de España.

En este primer tramo de la Ruta del Quijote, partimos de la mágica cuidad de Toledo y capital de Castilla la Mancha. No sin antes visitar sus callejuelas empedradas llenas de edificios emblemáticos, que la han convertido en Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Toledo está ubicado en lo alto de un peñasco que está rodeado por el río Tajo, desde lo más alto de sus calles, podemos disfrutar del clásico paisaje de Castilla la Mancha, llanuras decoradas con verdes olivares.

Siguiendo las huellas de Don Quijote y Sancho, abandonamos Toledo para adentrarnos en la aventura hacia el sureste manchego. A través de características llanuras de la zona, en las que nos toparemos con la población de Nambroca y el Castillo de Almonacid, que data de la época árabe, podemos visitar varios entornos naturales como son las lagunas del Longar y la del Altillo.

En este punto, el viajero tendrá que optar por uno de dos caminos, el que conduce hacia Villacañas, desde Mora pasando por Tembleque y otras pintorescas localidades, donde podremos visitar los típicos molinos manchegos de El Romeral. O podemos elegir la ruta que nos lleva hacia Huerta de Valdecarábanos, en este camino destacan, el Castillo, la conocida ermita de Santo Niño y las cuevas excavadas de La Guardia. En Villacañas, son de obligatoria visita los silos, originales viviendas subterráneas que aún están en uso.

 

El próximo destino es Mota del Cuervo, en el camino podemos tomar la ruta que atraviesa Quero o visitar un rico paisaje natural, hogar de una amplia variedad de aves, el lagunar Alcázar de San Juan, hasta llegar a Campo de Criptana. Las llanuras que nos acompañan hasta Mota del Cuervo, están llenas de centenarios molinos que desafiaron al más valiente de los hidalgos, contra ellos se enfrentó Don Quijote.

Antes de llegar a nuestro destino, debemos hacer una parada en El Toboso, no podemos seguir nuestra aventura sin antes visitar la Casa de Dulcinea, amada del noble Don Quijote y el Museo Cervantino donde se exponen diferentes ediciones de El Quijote. Ya sólo nos queda alegrar la vista con la belleza de los conjuntos arquitectónicos, importantes edificios religiosos y civiles, murallas y puertas que sirvieron de defensa para el Castillo de Belmonte, tierra de Fray Luis de León que también nos deleita con unos parajes naturales únicos, el río Záncara y la laguna de Los Capellanes.

Y por fin el ansiado descanso del viajero, en San Clemente nos aguarda su estupendo conjunto histórico, la plaza Mayor, la Iglesia y palacios y casonas que hace más de cuatro siglos acoge a caminantes y aventureros.