Recorrer ésta mágica ruta, es una estupenda forma de conocer Castilla la Mancha. Hace más de 400 años, se escribió la aventura más internacional de España. Don Quijote y su fiel compañero Sancho, nos pueden enseñar una de las rutas turísticas más completas de Europa. Cargada de aventuras, en las que recorreremos algunos de los más bellos parajes naturales de Castilla la Mancha, sus pueblos, aldeas, iglesias y castillos más emblemáticos. Todos forman parte de la obra literaria más universal de España.
En este primer tramo de la Ruta del Quijote, partimos de la mágica cuidad de Toledo y capital de Castilla la Mancha. No sin antes visitar sus callejuelas empedradas llenas de edificios emblemáticos, que la han convertido en Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Toledo está ubicado en lo alto de un peñasco que está rodeado por el río Tajo, desde lo más alto de sus calles, podemos disfrutar del clásico paisaje de Castilla la Mancha, llanuras decoradas con verdes olivares.
Siguiendo las huellas de Don Quijote y Sancho, abandonamos Toledo para adentrarnos en la aventura hacia el sureste manchego. A través de características llanuras de la zona, en las que nos toparemos con la población de Nambroca y el Castillo de Almonacid, que data de la época árabe, podemos visitar varios entornos naturales como son las lagunas del Longar y la del Altillo.
En este punto, el viajero tendrá que optar por uno de dos caminos, el que conduce hacia Villacañas, desde Mora pasando por Tembleque y otras pintorescas localidades, donde podremos visitar los típicos molinos manchegos de El Romeral. O podemos elegir la ruta que nos lleva hacia Huerta de Valdecarábanos, en este camino destacan, el Castillo, la conocida ermita de Santo Niño y las cuevas excavadas de La Guardia. En Villacañas, son de obligatoria visita los silos, originales viviendas subterráneas que aún están en uso.
El próximo destino es Mota del Cuervo, en el camino podemos tomar la ruta que atraviesa Quero o visitar un rico paisaje natural, hogar de una amplia variedad de aves, el lagunar Alcázar de San Juan, hasta llegar a Campo de Criptana. Las llanuras que nos acompañan hasta Mota del Cuervo, están llenas de centenarios molinos que desafiaron al más valiente de los hidalgos, contra ellos se enfrentó Don Quijote.
Antes de llegar a nuestro destino, debemos hacer una parada en El Toboso, no podemos seguir nuestra aventura sin antes visitar la Casa de Dulcinea, amada del noble Don Quijote y el Museo Cervantino donde se exponen diferentes ediciones de El Quijote. Ya sólo nos queda alegrar la vista con la belleza de los conjuntos arquitectónicos, importantes edificios religiosos y civiles, murallas y puertas que sirvieron de defensa para el Castillo de Belmonte, tierra de Fray Luis de León que también nos deleita con unos parajes naturales únicos, el río Záncara y la laguna de Los Capellanes.
Y por fin el ansiado descanso del viajero, en San Clemente nos aguarda su estupendo conjunto histórico, la plaza Mayor, la Iglesia y palacios y casonas que hace más de cuatro siglos acoge a caminantes y aventureros.